Primer acuerdo histórico entre China y Argentina por subproductos de soja
En un movimiento estratégico frente a posibles tensiones comerciales con Estados Unidos, empresas chinas sellaron su primer contrato de importación de harina de soja argentina desde que el país sudamericano obtuvo la aprobación para exportar este producto en 2019. Se trata de un embarque de 30.000 toneladas que será entregado en julio y arribará a la provincia de Guangdong, en el sur de China, durante septiembre, según informaron fuentes del sector comercial a la agencia Reuters.
Este acuerdo, valorado en 360 dólares por tonelada bajo la modalidad CNF (costo y flete), fue impulsado por la necesidad de diversificar proveedores ante la incertidumbre que genera el conflicto comercial entre Washington y Pekín. Un operador con sede en Singapur, especializado en el comercio internacional de soja, lo calificó como una “prueba inicial”, y señaló que, si el producto supera las inspecciones sanitarias chinas, se abrirá la puerta a nuevas operaciones.
Argentina gana terreno como alternativa confiable
Argentina es actualmente el mayor exportador mundial de harina y aceite de soja. Sin embargo, hasta ahora su presencia en el mercado chino había sido prácticamente nula, a pesar de la autorización otorgada en 2019. La preferencia china se había mantenido en gran medida sobre Brasil y Estados Unidos, principales abastecedores de soja para la producción de alimento balanceado.
Con los altos aranceles que pesan sobre la soja estadounidense debido al prolongado conflicto comercial, las compras chinas se han volcado en los últimos años hacia Brasil. Pero ahora, la competitividad de los precios argentinos y la intención de reducir riesgos geopolíticos parecen haber abierto una nueva oportunidad para los exportadores argentinos.
Una economía que rompe marcas: Argentina supera a China en crecimiento
Mientras tanto, en el plano interno, Argentina está viviendo un repunte económico notable. Datos publicados por el INDEC revelan que el país registró un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5,8% en el primer trimestre del año, superando incluso a China, que creció un 5,4% en el mismo período.
Este repunte se da en un contexto de profundas reformas económicas impulsadas por el presidente Javier Milei. La política de ajuste fiscal, desregulación y flexibilización del control cambiario han comenzado a mostrar resultados concretos. Entre los motores clave del crecimiento se destacan el consumo privado, que creció un 11,8% interanual, y las inversiones, que se dispararon casi un 32%.
Asimismo, las exportaciones experimentaron un aumento del 7,2%, alcanzando su mejor desempeño para un primer trimestre y posicionándose como la tercera cifra más alta de la historia del país.
Caputo destaca el cumplimiento de los compromisos del Estado
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, subrayó que estos logros se consiguieron sin recurrir a medidas extraordinarias ni incumplimientos contractuales. “Todo esto se dio en un entorno de inflación a la baja y con una recomposición de los precios relativos. La Argentina está cumpliendo sus compromisos, sin default, sin romper contratos y con un Banco Central bien capitalizado”, enfatizó.
La inflación de mayo, que descendió al 1,5%, el nivel más bajo desde mayo de 2020, es vista como una confirmación del éxito de la política monetaria del gobierno. Esta estabilización ha sido clave para reactivar el consumo y la inversión, consolidando el giro económico que atraviesa el país.
Perspectivas positivas en medio de un reordenamiento global
La combinación de estos factores posiciona a Argentina como un actor cada vez más relevante en el comercio agrícola internacional y como una economía en plena transformación interna. Mientras China diversifica sus fuentes de proteína vegetal, el desempeño económico argentino empieza a despertar interés tanto regional como global, consolidando un nuevo capítulo en su relación bilateral con el gigante asiático.